Maldiciones abarca la infancia y primera adolescencia de una protagonista que aún confía en sus mayores y que no siente el impulso de cuestionar que lo que hacen es por su bien. Su inocencia le juega malas pasadas. En una ambientación de alta fantasía clásica, con un mundo entero lleno de magia y razas inmortales que descubrir y explorar, se empieza a atisbar el tablero y las piezas que se llevan colocando sobre él durante los últimos mil años. Habla del peligro de la ignorancia que trae la sobreprotección; ahonda en el descubrimiento de uno mismo y del mundo que le rodea, y del impacto que ambos aprendizajes tienen en la forja de la propia identidad.
   Hechizos comienza un año después del final de Maldiciones. Tras la tragedia del Alzamiento, los supervivientes desperdigados por el Mundo Conocido intentan recomponer su existencia, con mayor o menor fortuna, bajo la amenaza constante de los davos. Gabdejk, el demonio-dragón, no piensa quedarse de brazos cruzados. Kendra, bregando con las consecuencias de los actos de Nej, ha acabado bajo la protección de Shaymna en el Sur de las Tierras Salvajes. Los halcones se hallan en paradero desconocido. La voluntad de una sola persona es lo único que separa al mundo de su completa destrucción, junto a una verdad que lleva mil años oculta más cerca de lo que cabría esperar.
   Ritos supone el punto culminante de la historia. Se centra, fundamentalmente, en las consecuencias del conflicto: perecer en la batalla y dejar de existir o sobrevivir a ella y tener que preocuparse de labrarse un futuro. La falta de propósito es un problema real. Los propósitos fantasma, una garantía de fracaso.